Son las 13:57 de la tarde. Es un día viernes, el calendario marca 20 de marzo de 2009, el calor ya se hace sentir en mi pieza, afortunadamente he plantado unos arbustos en la jardinera de mi departamento, lo que me aleja un poco de este bosque de cemento.
Cuando desperté, recordé que tenía que hacer una bitácora sobre lo aprendido durante la semana, la idea es hacer algo así como lo realizado por el capitán Nemo en su mítico viaje, en la que se sumergió y viajo veinte mil leguas en su paseo submarino.
La verdad que yo espero no hundirme en mi tare ni menos viajar tanto. Solo pretendo contar lo que me sucede durante este transcurso que durara un semestre y deberé anotar todo lo significativo para mí.
En este momento, no solo estoy frente al PC en cuerpo y mente, sino que también tengo que desdoblarme ya que estoy preparando mi almuerzo y también escucho “Beth” de Kiss, para inspirar mis dedos, mientras relajo mi mente con un incienso.
Menos mal que tenemos esta posibilidad de realizar varias tareas y no morir en el intento, la verdad que ahora que lo pienso, yo no estaré en un “Nautilus” pero si estoy realizando un viaje más largo y más intenso que el que realizó Nemo en su momento.
Actualmente estoy ya en la última patita de esta cueca universitaria, ya no queda nada para terminar y ser el psicólogo por el cual mis papas han desembolsado su buena cantidad de morlacos y yo más energía que una central termonuclear; pero bueno vamos que se puede y junto a ellos terminar cantando “rock and Roll al nigth” junto a mi diploma y una “chela”.
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